Relato erótico titulado:
"Crossdreser argentina"

Hola, soy Anita, me gusta vivir la vida a full siempre y me preparo para que a quien elija para jugar la pase verdaderamente bien.
Soy una travesti, de 25 años, con un cuerpo según dicen de mujer. Hago 4 veces por semana gimnasio y bici, para mantener mi colita paradita y mis piernas atléticas. También me gusta mucho la ropita, así que tengo mis conjuntos muy eróticos para salir de noche a levantar verdaderos hombres que aprecian mis atributos, tan femeninos.
Salgo con un chico, con el que el último mes nos peleamos mucho, así que cuando ocurre esto salgo a saciar mis deseos sexuales con machos que levanto por las calles. En general me divierto mucho a la salida de los boliches, dado que salen muy borrachos y recalientes, realmente se cogen cualquier cosa a esas horas de la madrugada, mas aun si no levantaron ninguna en toda la noche.
Este finde largo Salí en el auto de un amigo que está de vacaciones, y se me ocurrió volver a visitar la zona de la ruta 36, por las colonias japonesas y las quintas de bolivianos y peruanos de estancia chica y abasto, por las afueras de La Plata. Ese sábado en especial estaba muy caliente y mi novio no aparecía. Me produje como de costumbre, botas de cuero negras media caña, unas medias siete octavos, tipo bucaneras y estrené unos leggins animal print grises, como calzas mas cortitas. Ariba una remerita corta, casi top y camperita de jean. Maquillaje a full, labios rosa pálido y mis cabellos negros con trencitas.
Gracias a mi físico trabajado los leggins, tipo calzas se me meten bien en la cola, lo que vuelve locos a los chicos.
Recorri la zona, pare en un kiosko antes de llegar desde Berazategui y compré un par de cervezas, tipo previa.
Cruce varios grupos de pocos hombres, que se dirigían al boliche tipo disco de música tropical, bailanta, así que me fui para llegar antes de que se llene y no tener que hacer cola.

Estacione el auto medio escondido, quise pagar la entrada pero me vieron muy perra y me dejaron pasar, ya los patos me fichaban la cola, así que aproveche para moverla un poco. No había mucha gente aun, así que me pedí un trago y me fui a los reservados que hay en un sector apartado, medio oscuro, pero desde donde se puede fichar y ver la pista y los que entran y pasan. Es asi que me quede tomando mi trago como 45 minutos, viendo como entraba mucha gente. Chicas desinhibidas y muchachos re zarpados, mas de uno al borde de la borrachera. Entre todo el movimiento ya empece a ver algunos interesados, que pasaban y me miraban las piernas. Yo continuaba sentadita en un sillón grande. De pronto pasaron dos hombres que me miraron y se dijeron algo al oído, pero siguieron a las risas, mirando a todas las chicas del boliche. Decidi salir a bscar otros trago y ver que había en la multitud, que enloquecía con cumbias lindas y feas, de todo un poco, algunas miy ordinarias, pero bueno, sobre gustos.
Llego a la barra, pido otro trago y cuando voy de regreso a los reservados me toman de la cintura, por lo que me doy vuelta enérgicamente y para mi sorpresa eran los dos hombres que me habían clavado la mirada anteriormente. Sin decirles nada continué el juego y seguí caminando, pero despacio, moviendo las caderas bastante, cosa que comencé a sentir la excitación del que venia pegado a mi colita. Lleva un jean clarito y era un poco más alto que el de atrás, que de cerca me pareció mas viejo, bastante más viejo, de unos 40 y pico, con te oscura, tipo boliviano. El que venia pegadito me frotaba ya sin freno, viendo que no le decía nada y que me movia tanto, claramente excitándolo. Cuando nos acercamos a los reservados ya no había tanta gente, asi que se despego de mis caderas. En ese instante me doy vuelta nuevamente y se me cae el trago, asi que rápidamente se presentaron y me dijeron que estaba muy linda, si me podían acompañar y comprar otro trago. El mas alto era muy lindo de cara, pero sumamente flaquito, de unos 20 años, también con facciones de ser boliviano o peruano, sin ofender ya que amo a ambos países y su gente tan trabajadora. Es mas, me recalientan muchísimo.
EN fin, el flaquito estaba con una erección gigante y no lo disimulaba, dado que se me acerco a darme un beso y tenia mucho aliento a cerveza y me arrimaba el tronco. El mas viejo se fue a traerme el trago sin darme beso. El flaquito me dijo que se llamaba Marcelo y nos sentamos en el sillón. Rápidamente comenzó a sacarme información pero no me gustaba mucho como me hablaba, producto del alcohol, asi que le dije que me esperara que iba al baño y volvía. Yendo al baño me cruza el más viejo, me toma de la cadera nuevamente y me dice que lo acompañe a bailar. La verdad que no me gusta el baile mucho, así que le dije que si porque me estaba excitando su forma de tratarme. Así bailamos un poco y siempre se me acercaba con todo el cuerpo, pero me tocaba cada vez mas la cintura y me hablaba muy cerca de mi boca. Le dije que necesitaba ir al baño, que me esperara con un trago. Al salir del baño estaba ahí, con el trago en mano parlándose a otra chica, asi que pase cerca y se dio cuenta de mi cara, ya que dejo de charlarle y me tomo nuevamente de la cintura, ahora era el y no su amigo el que me apoyaba la pija. Fuimos para el reservado y el flquito estaba dormido en otro sillón más adelante, totalmente borracho. Lo deje sentarse primero para tener el control de la situación, y me sente bien cerca, con una pierna casi encima de la de Miguel, que fue el nombre que me dijo inmediatamente. M comenzó a contar que era de La Paz, Bolivia, y que estaba hacia 4 meses que había llegado. A medida que charlábamos fue tocando mi pierna de a poquito, y se le empezó a parar bastante, dada la forma del pantalón en esa zona, era algo lindo. Dejé el trago estirándome por encima de El, para aprovechar y rozarle el pene con la otra mano y luego que le quedara mi colita unos breves instantes a la altura de la cabeza, para calentarlo aun mas. Ya los ojos me decían todo y su forma de hablarme también. Tenia una camisa que se le habría un poco, dado que era bastante gordito. Los botones le estaban por estallar. Me dijo que era muy linda y que tenia un lomo bárbaro. Pero no se animaba a tomar la iniciativa. Me acerque un poco mas con la pierna y le empecé a tocar el pecho peludo por entre los botones. La cara se le transformó, parecía un perrito en celo. El bulto era monstruoso y me decía que quería cojerme tora la noche, y que tenia mas de 20 centimetros de poronga. Me tomo la mano y lo coloco sobre la pija. La otra mano la paso por detrás de mi cadera y me tanteaba el orto, tratando de correrme las calzas. Se lo empece a frotar encima del jean y largo un suspiro, seguido de que era una zorra. Estaba a mil el viejito. Cuando quise acordarme de la otra mano, ya me estaba masajeando un pezón por debajo de la remerita. La coas estaba muy caliente y había muchas parejitas, pero estaba muy oscuro y todos alejados, asi que continué con el juego, ya estaba lanzada y muy caliente también. Asi en un momento meti la mano entre el pantalón, le corri el calzoncillo y apareció por encima del cinturón, que se lo había aflojado, primero una cabezona de pija oscura y super grande y luego se la fui acomodando, para mi grata sorpresa el tronco mas la cabeza le hacían una pija tremenda, era verdad lo de los 20 centímetros, fácil. Se la rozaba con las uñas y se le endurecía cada vez mas. Finalmente la mano que me tenia locas las tetitas la deslizo para bajarme las calzas y tirar de la tanguita, que se me clavaba cada vez mas entre los cantos. Le dije que despacio, pero pego un tirón super excitado y me la arranco. Eso me produjo mucha mas calentura, así que fui dándole unos besitos por el pecho hasta llegar a la gran poronga hinchada. Se tiro un poco para atrás, como pare ver el espectáculo que seguiría, mi boca llena de ese tronco enorme. Le chupe la puntita, el glande, y sentí un gusto bastante agrio, no parecía que se hubiese bañado el Don. Me dijo que si no me gustaba se lo lavaba en el baño, pero ya era tarde, me lo ensartó en la boca de un tirón. Quede ahí chupando por 15 minutos y me pedia cada tanto que no lo chupara tan fuerte porque estaba muy caliente y por acabarme en la boca y no llegaría a ponérmela como el quería. En eso, en una de las embestidas largo una exclamación y soltó 4 o 5 chorros de semen que me llenaron la boca y me atraganté un poco. Trague todo lo que pude, pero se me chorreaba por la boca hasta las tetas. Me repetía, mamita no aguanté mas, que puta que sos, como tiras la goma. Queria volver al juego pero no podía. Cada vez mas flojita, me pedia que se la chupara pero no levantaba. Se paro enojado y me dijo que iba al baño, pero que necesitaba cojerme en otro lugar cuando volviera. Decidi ir al baño también y cuando Salí para mi sorpresa me encontré con Marcelo, ya recuperado un poco, asi que me tomo nuevamente por atrás y me llevaba a la pista como para bailar. La verdad que mi calentura no había disminuido para nada, si bien la pija que me había comido era un buen trozo, necesitaba algo para mi colita. Me metía mano y se me ocurrió que ya era hora de pasar a algo mas fuerte, así que lo perree bien, la pija se le notaba muy fuerte en el pantalón y nos fuimos para el auto. Camino al auto me llevaba como novios, pero su mano en la cintura de vez en cuando bajaba hacia mi culo, que lo movía mas en celo que nunca.
Cuando nos sentamos en el asiento trasero del auto, no tardo en sacar la tripa paradísima, dura pero no enorme como la de Miguel y metérmela en la boca. Mientras me contaba que ya Miguel le había dicho lo bien que chupaba pijas y que no me había podido coger. En eso me dio vuelta, me bajo las calzas y vio que no tenía la tanguita, claro que el amigo me la había roto. Se puso saliva y le dije q esperara, saque rápido un forro, se lo puse con la boquita y nuevamente me dio vuelta, me ensalivo el orto y me la clavo de una. La tenia bastante pequeña, pero la movía a mil, tipo conejito. Se puso bien encima y me la clavaba con fuerza, gritando y gimiendo, tocándome las tetas. En dos minutos me sacudió como animal y acabo llenando el forro. Ya se estaba poniendo pesado y medio dormido, asi que cuando bajo a orinar, prendí el auto y me fui, con la tarea cumplida. Dos pijas, un lechazo para el campeonato y una final rápida pero efectiva.