Relato erótico titulado:
" El inicio de una nueva vida"

Después de analizar la situación, tome la decisión de no meter en problemas a nadie, pues sabía que capi me buscaría y seguramente lastimaría a quien me estuviera ayudando, por eso no aceptaría la oferta de ninguno, pero sería sincera con ellos. Por eso, espere a platicar con Enrique y claro disfrutar de otro día de sexo, pues en verdad ya necesitaba ser cogida diario para poder estar tranquila, incluso le pregunté si había algún medicamento o terapia para combatir el exceso de ganas y necesidad que sentía, no solo de ser cogida, sino también de serlo con violencia y vestir y ser tratada como una puta, sin tener una respuesta en ese momento. Salimos del hotel tomados de las manos, yo iba con unos tacones altos, un vestido muy corto y escotado, así como me gustaba vestir y que también le gustaba a Enrique, como era costumbre me fue agarrando las piernas todo el camino y besándonos, llegamos a Villahermosa a hospedarnos en el hotel Olmeca plaza, y claro, lo primero que hicimos fue entrar a la habitación para que me diera una gran cogida, como él sabía hacerlo, la cual disfruté bastante y luego de bañarnos, me puse la ropa que usaba en el restaurante, que era la más decente que tenía, luego me acompaño a la clínica a hablar con el Director, y le conté todo, absolutamente todo, desde que Raúl me inició en el amor por él travestísmo y el gusto por el, hasta la necesidad que tenia ya de ser cogida, humillada, sometida y lastimada, sin dejar de señalar también la necesidad de vestir como una puta. Así como que ya era hembra de capi y que él me había conseguido trabajo como prostituta. Le agradecí su oferta de trabajo pero la decliné para no meterlo en problemas. A lo que respondió llamando por teléfono, posteriormente solo me dijo “te ayudaré, no te daré de alta, te llevaré al aeropuerto, vas a Guadalajara, transbordas para Mexicali y allí te espera una persona que tendrá tu nombre en un cartel Claudia Itzzell y ella te llevará a un poblado cercano, trabajarás con ella y te hospedará en lo que te adaptas, luego iré a ver cómo estás y te explicaré todo”, me llevo al aeropuerto, me dio un dinero y me dio un beso en la mejilla, y se quedó conmigo hasta que entré a la sala de espera.
Me sentía muy rara, mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo. El trayecto del viaje hasta Mexicali fue sin ninguna novedad.
En Mexicali había una mujer muy guapa en el aeropuerto, esperándome, de inmediato me llevo a un poblado cercano, se llama Algodones.
Pasaron 2 semanas y mi vida empezó a ser otra, trabajaba en un consultorio médico, mi jefa era muy linda conmigo, vivía yo en su casa, mi vestuario ya era diferente, aún muy a mí pesar, ya usaba faldas y vestidos que me llegaban a las rodillas, holgados, nada o muy poco escote, zapatillas bajas. Había muchos estadounidenses, uno de mis vecinos era un hombre muy guapo, como de 40 años, era divorciado, me veía muy raro y frecuentemente me iba a ver con algún pretexto. Algunos de los pacientes me buscaban mucho, unos me llamaban dulce, pero había quienes para referirse a mí decían “la enfermera guapa, la chichona, la piernuda” y lejos de molestarme me gustaba.
Por las noches pensaba mucho en mi familia, también en lo delicioso que me cojia capi y también Enríque.
En la medida que pasaban los días, me tuvo más confianza mi jefa, que se llamaba Fernanda y yo a ella también, así que una noche le pedí permiso para ir a caminar, pero con un vestuario muy sexy, y me pidió que se lo mostrara, así que me mostré como me gustaba vestir, vestido rojo corto, entallado y escotado, tacones altos, medias y tanga, y me dijo, “buscas hombre, vestida así conseguirás amante”, y le conté que desde que capi me había hecho suya y me había obligado a vestir así, y lo había hecho por mucho tiempo me nació la necesidad tanto de vestir así como de ser cogida diario si era posible, y me pregunto: “como sabes que es necesidad, que sientes cuando no lo haces?, y le dije: “siento tantas ganas de vestirme así, de mostrar piernas, algo de las bubis, de que me cojan con violencia, de ser sometida por la fuerza, como cuando se tiene mucha hambre y no se ha comido, algo así siento y desde que llegue aquí no lo he hecho, por eso le pido permiso” , entonces me respondió, ve y luego platicamos, solo cuídate. Salí de la casa, aborde un taxi y me llevo a un antro que estaba a 5 calles, el taxista iba platicándome muchas cosas pero no dejaba de verme las piernas, entré al antro y me asignaron mesa. Tiempo después entró un señor como de 35 años, guapo, fornido, muy alto, y al tiempo se dirigió a mi: “hola, me llamo Antonio, mucho gusto, te vi desde hace rato y la verdad me gustaste mucho, y ese vestido te hace lucir tus hermosas piernas así como tus encantadores senos que afortunado debe ser tu dueño” y me sonroje, le di las gracias, ya sentado en mi mesa me pidió una piña colada, bebimos un poquito y platicamos, y de inmediato me empezó a acariciar las piernas, y yo me resistí al principio, pero luego de beber otra copa y de que me dijo que solo estaba de vacaciones porque él vivía en Merida, ya no opuse resistencia, así que me empezó a acariciar las piernas y de inmediato me dijo: “quiero conocerte a fondo, vamos a un lugar más tranquilo” y me tomo del brazo y me dirigió a un hotel que estaba a 2 calles, y desde que entramos me empezó a manosear toda toda, y ya en el cuarto me beso los labios, los pechos, me agarró las nalgas y me quito la ropa, y yo le correspondía porque en verdad necesitaba tener un hombre dentro de mi, me empezó a chupar mi ano y mi vagina y luego los pechos, me succiono tan rico el ano que sin querer empecé a gemir así: “aaaaaahhhhhhh” y luego me puso en 4 patas y me nalgueo de tal forma que yo le ponía las nalgas más paradas y me metió su verga, fuerte y rápido que me hacía gritar “aaaaaaahhhhh, aaaaahhhhhhaaaaaahhhhhaaaa”. Después me volteo y puso mis piernas sobre sus hombros y empujó una y otra y otra vez al tiempo que sus manos y su boca agarraban mis pechos y me los mordía, me decía “me gusta que estes chichona”. Cuando termino, me beso los labios y se tiro arriba de mi diciéndome “Gracias cojes muy rico”, se levanto y me pidió vernos al día siguiente para ir a comer, pero con un vestidito así de sexi. Le respondí que si. Luego salimos del hotel y paramos un taxi, que casualmente era el mismo quemé había llevado al antro. Me llevo a donde vivía y entré a mi recámara me tiré en la cama y pensando en lo rico que me había cogido y que para mí era el inicio de una nueva vida, y que no cometería los mismos errores me quede dormida.
Así paso mucho tiempo y empecé a vivir mi nueva vida.