Relato erótico titulado:
"Las aventuras de Florecita"

En la medida que pasaba el tiempo, yo seguí aprendiendo a desenvolverme mejor como mujer, seguí estudiando, trabajando y viendo poco a mi novio porque su mamá seguía sin trabajo. También me siguió acosando el hermano de Camila, que se llama Octavio, quien en más de una ocasión me beso y manoseó en su casa cuando estábamos solos. Por su parte Carlos siguió visitándome en mi lugar de trabajo y unos días antes que saliéramos de la escuela mi novio me dijo que justamente el último día de clases sus padres no estarían en la Ciudad porque tenían un compromiso en Puebla y que regresarían hasta el día siguiente y me propuso que me vistiera muy sexy para que saliéramos a festejar y nos divirtiéramos, a lo que yo acepte de inmediato. Pedí permiso para no ir a trabajar y me dijo tanto la señora como sus hijos que regresara con ellos cuando me desocupara, a la hora que fuera. Y en mi casa avise qué tal vez llegaría muy noche o que no llegaría porque íbamos a festejar.
El día que salimos de la escuela, tan pronto me dieron mi boleta me fui a mi trabajo, me bañe, me puse un vestido rojo muy corto, me quedaba arriba de medio muslo, medias negras con rayita atrás, liguero y tanga negros, zapatos de tacón alto de 15 cm, peluca, pulsera, collar y aretes, me maquille muy bien y me puse perfume. También me puse un brasier negro y explantes. Cuando ya estaba lista Octavio entro a donde yo estaba y me miro de pies a cabeza y me dijo “te ves muy bien, estás muy buena, tarde que temprano te serás mía y te pondré unas chichotas”.
Llego mi novio como a las 4 de la tarde y de inmediato me abrazo y me beso los labios, me acarició las nalgas y me dijo: “vámonos amor que vamos a festejar de lo lindo, tengo mucha hambre, vamos al Vips” y fuimos a uno que nos quedaba cerca de donde trabajaba. Mientras comíamos me besaba y me acariciaba las piernas. Yo sentía como me dirigían las miradas algunos hombres. Cuando terminamos de comer y pago la cuenta, me abrazo y acercó mi cabeza a la suya y me beso muy apasionadamente y me dijo: “quiero cogerte, vámonos al hotel amor que dices” y yo le respondí que si. Enseguida nos levantamos, me tomo por la cintura, tomamos un taxi y me llevo a un hotel, todo el tiempo me iba agarrando las piernas y las nalgas. Rumbo al cuarto me llevo subiéndome el vestidito. Ya dentro del cuarto, prendió la tele donde había una película porno. Nos abrazamos, nos besamos, me acarició las nalgas y me decía: “te deseo, quiero tus nalgas, quiero cogerte, híncate y chúpame la verga” y yo accedí, así que me puse de rodillas y le bese y chupe el pene mientras él me decía, “así así putita aaahhh, luego me levanto y me quito el vestido, quedándome solo en ropa interior, me subió a la cama y me puso boca abajo, me abrió las piernas, me empezó a lamer las nalgas y el ano, también me mordió, yo estaba muy caliente, luego me volteo y se me subió, empezó a meterme su pené en medio de las valgas y empezó a empujar una y otra y otra vez, mientras yo gritaba y aullaba como perra y escuchaba el ruido que hacían mis nalgas al ser golpeadas con la verga y las manos de mi novio. Después de un rato empecé a sangrar un poquito y Carlos se dio cuenta y me dijo “eres mía, que orgullo que fui el primero” y eyaculo dentro de mi. Luego me abrazo y se acosto arriba de mi y me dijo “coges muy sabroso, tienes buenas nalgas, solo me gustaría que tuvieras pechos grandes”. Y yo le dije que si. Luego nos dormimos un ratito y nos despertamos como a la media noche y me volvió a coger. Nos levantamos, me vale, me vesti, me maquille y nos regresamos en taxi., primero me llevo a la casa donde trabajaba y luego se llevo a mi novio. Nos despedimos dándonos un beso mientras me agarraba las nalgas. Cuando se fue, antes de que yo tocara la puerta, salió Octavio a abrirme y me condujo a su recámara, me abrazo y me dijo al oído “ya vi un cirujano para que te haga crecer las bubis y vas a ser mía. La próxima semana te vistes así para ir con el cirujano” y yo le dije “pero tengo novio” y me respondió “pero ya te cogio y yo te voy a coger cuando estemos solos aquí y no tiene porque enterarse, además le va a gustar verte chichona” luego me beso los labios y me dijo “acuéstate y duérmete amor” y se retiró. Yo me quede pensativa, muy contenta por haber sido la mujer de mi Carlos. Recreando los recuerdos pero también pensaba en aceptar la oferta de Octavio, para que me hicieran crecer los pechos grandes para ofrecérselos a mi hombre. Y con esos pensamientos me quede dormida.