Relato erótico titulado:
"Una experiencia maravillosa"

Hola, soy Simud. Desde chico me ha excitado las prendas femeninas, pero mucho no he podido avanzar. Con el internet mis gustos se han vuelto el gusto de una travesti decidida de machos, mirando videos de pijas grandes; pero todo esto lo mantengo en secreto.
Por fortuna, hace unos 3 meses atrás tuve una experiencia maravillosa. Debo decir que soy un joven de 25 años con un cuerpo delgado, pero con un culo muy redondo y bastante grande que no pareciera coincidir con mi cuerpo. En esto, yo al trabajo voy en bicicleta todos los días de la ciudad a una zona rural, por el paso del camino queda un monte grande, siempre he pensado que ahí es un buen lugar para hacer cosas ricas.
Un día me levanté temprano para llegar al trabajo casi madrugando, así adelantaba algo de producción. Cuando voy pasando por el monte veo a la orilla una tanga diminuta negra que me hizo detener de golpe. Me acerqué y lo levanté, se sentía sedoso e hizo que mi pene se despertara. No me pude resistir a la tentación y me adentré al monte para probarme la tanga. Me saqué la zapatilla, el pantalón y el bóxer, muy rápido, y de inmediato me coloqué la tanga diminuta negra, y sentí esa sensación sedosa pero en mí cola, ya que se me metía increíble. Mi pija se puso re dura. Decidí que debía sacarme también la camisa, y ahí quedé, con una erección importante y entangado. Cuando me iba a empezar a masturbar, escucho algunos ruidos, y eso me asustó y decidí buscar de dónde provenían, pero despacio. Encontré a una mujer y un hombre desnudos, aunque no estaban haciendo nada, el hombre la tenía bien dura, de unos 18×7 (me gustó eso) y bastante atlético su cuerpo; la mujer de unas tetas preciosas, redondas y grandes, con un cabello bien negro. Yo ahí mirando no me doy cuenta que me quedé expuesto y ella dice: Ay, por dios me miran, y yo quedé helado. Se me acercan y me ven con la tanga, se miran y me pregunta que qué hago con la tanga de ella. Yo sin saber qué decir, solo solté lo que me pasó por la cabeza:me gustó la tanga entonces el sujeto me preguntó si me gustaba también tocar cosas largas y gruesas. Yo quedé impresionado con la pregunta, pero fuera de paralizarme, moví la mano y toqué ese tronco grueso; una sensación divina, podía sentir hasta pequeños nervios de él, y me hacía tragar salivas de solo pensar en chuparla. La mujer dijo que me quede así, con la mano sosteniendo la pija, se fue y volvió rápido, con su ropa que tenía tirada en algún árbol. Me hicieron poner su corpiño que también era negro y sedoso, una blusa corta roja transparente, una minifalda roja que apenas cubría algo, seguramente se seguía viendo mi tanga si me agachaba un poquito, y me puso unos tacos negros altos. Yo estaba re durísimo ya, no podía más y no daba crédito a lo que me estaba sucediendo, en eso la mujer me dice que yo soy una putita llamada Karen. Yo no hablaba, solo hacía lo que me decían. En eso me ordena la mujer que me arrodille y se la chupe al hombre como buena putita, y no me negué. Empecé a chupar solo la cabeza y exploté en sensación, era como un dulce, pero lleno de morbo, y escuché ciertos gemidos del tipo, y pasaron unos 30 segundos cuando la mujer dice: ¡como una putita he dicho! y me empuja la cabeza para que trague el tronco también y sentí el choque de su cabeza deliciosa con mi garganta... Yo quedé haciendo ese sonido de gshgshgsh y el hombre hizo un verdadero gemido mientras la mujer hizo unos aplausos. Seguí tragando ese tronco (que no lo podía cubrir completo) cuando la mujer me agarró de los pelos y me tiró hacia atrás y me ordenó que me quede así. Se fue y volvió rápido, y vino con arnés negro y dildo color piel de unos 24x8 (eso sí era grande) pero no era para mí. Me hacen levantar y abrazar contra un árbol y veo la secuencia de como le dice puta con suerte al hombre y sin más se la clava bien duro a lo cual él gime con placer, y ella misma lo acerca a mí (con eso bien adentro de él) y le hace bajar mi tanga negra hasta mis rodillas (una sensación que me hizo temblar de gusto). Siento que me unta un líquido en el ano, seguramente lubricante, y luego comienza a ponerme su punta deliciosa y me hace experirar un gemido (yo soy medio virgen de cola pero no del todo porque ya he usado ahí mis dedos). Y despacito la punta va penetrándome y esa sensación es increíble, me hizo sentir mariposas en el estómago; siguió y terminó entrando, la mujer dijo que yo debía ser una putita que ya había experimentado algo. Tener esa punta adentro me hizo excitar muchísimo, mi pija estaba durísima y yo quería que empezara a cojerme fuerte; en eso la mujer dice:En realidad él no te va a cojer, yo los voy a cojer a los dos en eso ella empieza a cojerlo bien duro y con su movimiento hace que él también se ponga a darme. Les aseguro que ha sido fantástico, el tronco entró duro (me dolió) y salía y entraba (me seguía doliendo) pero después de 10 idas y vueltas sentí un placer más intenso que antes, si me tocaba la pija iba a explotar en semen, pero no podía porque estaba abrazado al árbol contra el que me pusieron. No disimulaba nada, gritaba en placer, él también, gozaba y mucho, mientras la mujer no dejaba de decir los putitas que somos. Después de 3 minutos intensos siento una sensación de un líquido caliente dentro de mí, me volví loco cuando me di cuenta que semen (loco de placer) hice un gran ah... y pararon. La mujer se la sacó, luego él a mí. La mujer me ordena arrodillarme (y yo seguía con la pija a punto de explotar) y al tipo le dice que se vaya yendo. La mujer se acuesta y pone un pie cerca de mi pija y me dice que le acabe allí. No entendí bien el motivo de que sea ahí, pero lo hice y exploté en menos de 13 segundos (no daba más). Me dice que soy una putita re sumisa y que me iba a dar un regalo. Me hace sacarme toda la ropa y enfrente mío ella se viste (ya que todo era de ella), pero no se pone la tanga diminuta negra y me dice que ese es el obsequio. Se va a la dirección donde se había ido el hombre, y yo sin pensarlo me vuelvo a colocar la tanga, voy por mi ropa y me coloco todo (menos el bóxer porque obviamente tenía algo mejor, jeje). Salí del monte, monté mi bicicleta y me fui a la casa, llamé al jefe y me reporté enfermo diciendo que podría tener esta enfermedad que hace que tengamos pase sanitario. Me recosté y pensé y pienso que ya es hora de feminizarme.